26/1/15

CODIAGRO, HACIA UN PACTO DEL AGUA ENTRE BANI Y EL GRAN SANTO DOMINGO.

      Hacia un Pacto del Agua entre Bani y la Capital

     Por Ingeniero Gilberto Reynoso Sánchez

El agua es un recurso natural escaso, indispensable para la vida y para el desarrollo  de las actividades económicas, y en este  sentido  se manifiestan las primeras palabras  de las leyes de aguas de las mayorías de los países del mundo.

Por razones diversas estos conceptos no han estado  integrados en la cultura del agua, propia de los dominicanos, donde  la preocupación por un mejor aprovechamiento de este recurso no ha existido.
Bani, capital de la Provincia Peravia, significa en lenguaje Taino tierra de agua abundante o tierra situada entre ríos,  definición que se explica porque los ríos Ocoa y Nizao limitan el territorio banilejo por este y oeste.  

La escasez de agua en los últimos años y sus consecuencias ambientales y socio – económicas no concuerda con la definición Taina. La falta de agua adquirió durante el  año 2014 su más dramático  significado. Los embalses de Valdesia y Jiguey agotaron sus reservas, y los escasos volúmenes de agua disponibles  se reservaron para ser transferidos a la capital dominicana para satisfacer una demanda que conlleva implícita  un elevado porcentaje de pérdidas y de uso en actividades como lavados de automóviles, riego de jardines y otros. Paradójicamente los capitaleños no padecimos los efectos negativos de la sequia, contrario a los banilejos donde los efectos negativos de la sequia se sintieron con gran intensidad, principalmente en la  agricultura y la ganadería.

  Sequias similares a la del año 2014 se han presentados en los últimos años, especialmente entre los  año 1993, 1995 7 1997, cuando el nivel del agua en Valdesia  descendió  hasta unos 50 centímetros por encima de la toma más baja del Acueducto de Santo Domingo en la Presa de Valdesia.

 La transferencia (trasvase) de agua  desde la Cuenca del rio Nizao a Santo Domingo  distorsiona  la gestión  del agua en las presas Jiguey, Aguacate, Valdesia y el Contra embalse de Las Barias, debido a que la operación de Valdesia está fuertemente condicionada por el nivel mínimo de agua  que debe mantener la presa para garantizar la transferencia de agua al acueducto de  Santo Domingo. El nivel máximo normal del agua en la presa es 150 metros sobre el nivel del mar, mientras que el nivel mínimo crítico para garantizar el  suministro al acueducto es  137 metros sobre el nivel del mar, debido a que las tomas del acueducto están situadas en las cotas 126.50 y 136.50 respectivamente y la de generación y riego en la 116.45 sobre el nivel del mar. 

El fenómeno de las sequias en la Cuenca del Rio Nizao ha dejado de ser  resultado ocasional de una adversa coyuntura hidrológica, que se produce muy esporádicamente, para convertirse  de hecho en una situación estructural y endémica, con la que se deberá convivir cotidianamente.   Estas circunstancias obligan a buscar una salida adecuada  y oportuna para atender la demanda de agua para riego, de lo contrario, Irremisiblemente desaparecerá la agricultura y la ganadería en Bani.

Es necesario (y es factible) conseguir una mejor satisfacción de las demandas de agua para Bani, mediante el incremento de las disponibilidades del recurso, economizando su empleo y racionalizando sus usos en los diferentes sectores usuarios.

Por primera vez en el país resulta necesario expresar una propuesta general, un Pacto político del agua, que deje constancia de la unidad de todos los sectores y mantenga la esperanza de solución de los muchos problemas que se han suscitado en torno al trasvase de agua desde la Cuenca del Rio Nizao a las Cuencas del Haina y del Ozama.

POR TODO ELLO:
Sin ser de ninguna lugar y de todas partes, planteamos el tema de “Hacia un Pacto del Agua entre Bani y la Capital Dominicana”

El Pacto deberá contemplar los aspectos siguientes:

PRIMERO: El agua que se genera en la Cuenca del Rio Nizao debe ser considerada como un recurso vital, tanto  para el desarrollo de la Provincia Peravia  como para el suministro a Santo Domingo, y las diferencias territoriales, en su disposición y uso, no deben ser más  que  aquellas originadas por los criterios de respeto al medio ambiente y racionalidad  de su empleo.

SEGUNDO: Los problemas de agua  de la Provincia  Peravia y Santo Domingo, pueden  ser solucionados con un ejercicio de solidaridad entre cuencas de diferentes disponibilidad hídricas que permita satisfacer las legitimas demanda de ambos territorios.

TERCERO: Es imprescindible poner en vigor disposiciones normativas que regulen en los acueductos y sistemas de riego en lo que se refiere a los volúmenes  trasvasables, las distribución y eficiencias de usos del recursos.

CUARTO: La mejora y modernización del Sistema de riego Marcos A. Cabral, junto con mejoras en la infraestructura y operación del Acueducto del Distrito Nacional y la sensibilización social, permitirán reforzar la regulación sobre la demanda, el ahorro de los recursos y mayores garantías en las dotaciones. Estas actuaciones deben ser urgentes y las líneas de financiación y apoyo, para ello, especialmente generosas en los próximos años

QUINTO: A pesar de la situación extrema de déficit hídrico, Bani no puede renunciar al mantenimiento  de caudales ecológicos en el cauce del rio Nizao


SEXTO: Es especialmente importante la corrección de los procesos contaminantes y degradativos que sufren los ríos Nizao, Haina, Ozama, Isabela y sus afluentes. Los programas dirigidos  a esta tarea deben salir de los discursos politiqueros y convertirse en prioritarios y urgentes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario