10/8/14

Polimorfismo en caseína y la calidad de la leche en ganados criollos lecheros

Por su gran interés, procedo a publicar este articulo encontrado en internet, de la autoria del investigador Jorge de Alba, que trata sobre el ganado lechero criollo latinoamericano.

Polimorfismo en caseína y la calidad de la leche
en ganados criollos lecheros

Jorge de Alba

Asociación Mexicana de Producción Animal, A.C. Apartado postal 108, San Rafael, Veracruz, México


Introducción

La organización de las razas Criollas de América se inició en Colombia pero
las estirpes han existido por esfuerzo de criadores, en parte, anónimos, que hicieron
ganadería constructiva desde el siglo pasado. Por enfatizar este resumen la calidad
de la leche nos circunscribimos a las razas Criollas Lecheras del Trópico. En
Centroamérica se descubre la presencia de grupos seleccionados de Criollo Lechero
Tropical a partir de la llegada de vacas de Rivas (Nicaragua) al entonces naciente
Instituto de Turrialba y el descubrimiento de un criador muy sobresaliente, Don
Joaquín Reyna (también de Rivas), pionero y genetista intuitivo quien nos honró
con su amistad y buen juicio.

Así se forma el hato Criollo Lechero de Turrialba.
Las primeras vacas llegaron a Turrialba del Asilo López Carazo en 1947. La reunión
de vacas de Rivas y con la participación activa y estímulo de Don Joaquín Reyna
ocurre en 1951. Esos hechos han sido resumidos en un Boletín de Turrialba (De
Alba, 1985). En Colombia las publicaciones son múltiples y no debe dejarse sin
mención las que llevan la firma de Emigdio Pinzón (Pinzón, 1984). Las estirpes
lecheras de Carrasquero dentro del territorio venezolano eran conocidas por
algunos zootecnistas desde 1955.

En ese año aparece un libro llamado “La Industria
Ganadera de Venezuela”, en mimeógrafo y en la calidad de borrador preliminar,
que incluía toda la información reunida por el Consejo de Bienestar Rural bajo la
dirección de M. Heilman y con los informes de un viaje de estudio hecho por
Frank W. Morrison, Jorge de Alba, Edgardo Mondolfi y Héctor de Armas. La
organización editorial era de Miguel Almiñana. En ese trabajo se insistía sobre la
urgencia de reunir un hato Criollo Lechero por parte del MAC, en sus instalaciones
de Maracay. Si me permiten la anécdota, quiero repetirla, ya que quedan pocos
sobrevivientes de esa época.

La parte de recomendaciones genéticas, que estaba a
mi cargo, sorprendió a algunos de los coautores por la explícita y detallada
descripción de como reunir un hato absolutamente Criollo de la región de
Carrasquero, y excluyendo por varios años cualquier intento de cruzamientos,
hasta cimentar las bases genealógicas del hato puro. La insistencia era de su
servidor, y fue necesario recurrir, al gran clarividente de la aplicabilidad de la
genética a la ganadería Jay L. Lush para que no alteraran esas recomendaciones.

 De ahí nació el Hato Criollo Lechero del MAC, brillantemente administrado por Carlos
Eduardo Ríos. Posteriormente se traslada al propio Carrasquero, y buena parte de
esa historia se ha resumido, tomando datos experimentales que eran numerosos
(Abreu et al., 1977) . Este Hato de “El Laral” obtuvo una leve influencia del Hato de
Don Joaquín Reyna que se hizo a insistencia de Francisco Morillo, obedeciendo las
palabras de Jay L. Lush: “....... si vais a realizar un trabajo de selección productiva
empiecen con una base genética amplia y den oportunidad a que se exprese la
variabilidad máxima de las estirpes que reúnan inicialmente.”

El Hato Criollo Lechero de México se forma en 1966 con muy pocos elementos
autóctonos, casi desaparecidos, y una importación de 18 vacas de la viuda de Don
Joaquín Reyna y de dos toros obsequiados por Turrialba a la Asociación Mexicana
de Producción Animal. El hato ha progresado y con orgullo puedo declarar que
tiene 30 años de mantener sus libros genealógicos en orden, de ser partícipe de
publicaciones que llevan con honra la firma de un gran genetista y amigo, por
desgracia también desaparecido: Brian W. Kennedy (De Alba y Kennedy, 1994).
En Santiago de los Caballeros, República Dominicana con ayuda del entonces
representante de la F.A.O, Dr. Ronald Peterson se reúne en 1971 un hato de Criollo
Lechero en el C.I.M.P.A. y el primer semen utilizado fue obtenido de Turrialba,
esperamos que actualmente siga siendo un productor de toros puros.

La calidad de la leche en el criollo lechero

Desde el inicio de la selección del hato Criollo Lechero, en Turrialba se intentó
llevar registros de componentes de la leche. Ello no ha sido cumplido con la
religiosidad y constancia que se requiere para llegar a cosechar frutos genéticos.
NO DEBEMOS OLVIDAR QUE ESTAMOS OPERANDO EN UN TERCER
MUNDO, MUY PRIMITIVO en el cual la reunión de datos de grandes poblaciones,
en el caso de leche es aún más difícil, que lo que se puede lograr en ganado de
carne como lo ha hecho con tanto éxito Dieter Plasse, el más sobresaliente
investigador entre los ex-presidentes de ALPA.

En el trabajo de Turrialba (hato ahora desaparecido), logramos averiguar
que en la fundación del hato, los tenores más altos de grasa eran los de las vacas
de Don Joaquín Reyna, con 4.78. En el hato ya establecido y entre los años de 1954
y 1963 el Hato Criollo Lechero alcanzó 5.02% y superaba al testigo Jersey que dio
4.83%. En proteína el hato inicial rendía 3.59% cuando las Jersey promediaban
3.32%, pero sospechamos que en los años posteriores había una tendencia a reducir
levemente esos parámetros. Con esa calidad de su leche, nosotros los presuntos
hombre de ciencia ¿estaríamos dejando perder una de sus virtudes? también en
una ocasión Doña Socorro viuda de Reyna me dijo preocupada “ Yo noto la
fortaleza, el cuerpo de la leche de mis vacas han disminuido desde que falleció
Joaquín”. Y yo le aconsejaba sobre la selección de sus toros!.

En República Dominicana con ayuda de un analizador electrónico de la Nestlé
encontramos en el hato del CIMPA en 1993 un promedio de sólidos totales de 13.22%
y cuatro vacas que sobrepasaban 14%.

En el hato de México localizado a 60 km del pavimento y sin electricidad (y sin
dinero) nuestros sueños de llevar registros acumulativos del contenido de sólidos
totales en las vacas individuales, nunca se volvieron realidad. Pero en observaciones
empíricas seguimos acumulando detalles de gran interés. En México existe una
industria de fabricar un postre de leche cuajada, denominada chongos. Cuando lo
hicimos de leche de criollo el rendimiento del producto era mayor que cuando lo
hicimos con otras leches de mezcolanza de razas. Por el contrario, la leche del
Criollo Lechero era buscada por la industria del yoghurt y estaba dispuesta a pagarla
mejor que las de otros ganados.

Todo esto sin tener poder de selección por carecer de medidas exactas de los
componentes de la leche en vacas individuales. Hicimos los “chongos” con leche
de vacas individuales y notamos que había diferencias hasta de 20% entre la mejor
y la peor vaca en esas pruebas.

Aparece en escena la selección mediante el polimorfismo de las
proteínas de la leche.

En nuestro hato de México, que intentaba ser centro educativo, manteníamos
una biblioteca especializada en forrajes y ganadería tropical. Ahí leíamos con
asombro una competente revisión de literatura sobre el tema de proteínas de la
leche (Woodward, 1982). Repito que lo leí con asombro porque era un tema tan
pertinente a la valoración del Criollo Lechero al que había dedicado toda mi vida,
y yo era ignorante de un mundo total de conocimientos sobre la calidad de la
leche que avanzaba a pasos de gigante, y nuestro esfuerzo ocupado en múltiples
problemas del campo había vivido ajeno a esos conocimientos que nos deberían
de interesar y motivar profundamente. Al regresar después de la debacle de
Turrialba y tomar de nuevo las riendas del Hato Criollo Lechero en México me
dedico al tema recordando algunas de las cosas de la revision de Woodward, tales
como: “ De las tres caseínas de la leche de mamíferos, la Kappa caseína es la única
que contiene ácidos siálico, y es la protectora (sic) del coágulo de la leche; al
centrifugar el precipitado la Kappa caseína está ausente del primer
exhudado”...”Los genes que determinan las principales diferencias entre caseínas
deben ser alelomorfos y todos en el mismo cromosoma (el número seis), se
transmiten como factores mendelianos simples, pero sin aparentes dominancias
de la variante B sobre la variante A. Las cualidades de la leche con la variante B
son deseables porque determinan mayor rendimiento en el queso al actuar sobre
la rapidez de la acción de la rennina, etc ..... etc. .... etc. “.

Establezco contacto con uno de los autores mas activos de este campo que me
empezó a fascinar en mi vejez, el Dr. Medrano de origen guatemalteco, en Davis,
California, y me envía una copia de unas investigaciones hechas en Holanda
(Bovenhuis, 1992).

Descubro con gusto que Buvenhuis, había realizado una tesis doctoral sobre
el tema y en la introducción agradece la ayuda y las consultas que hizo a Brian W.
Kennedy, mi más cercano mentor en análisis genéticos de nuestros hatos Criollos
Lecheros. En ese trabajo se afirma que la variante B de la Kappa caseína tiene
influencia directa sobre el porcentaje de proteína de la leche producida, y no
ligado a los porcentajes de grasa que se heredan por variantes de un polimorfismo
de otros genes. También se entrevé en el análisis simultáneo de otras de las caseínas
que la Kappa caseína actúa con interacción de genes que rigen sobre las otras
caseínas.

Corro a hacer quesos de leche individual de nuestras vacas con escurrido de
1 hora y descubrimos inmediatamente que unas vacas son muy superiores a las
otras. En el primer intento con doce vacas aparece un rendimiento, en cuajo
escurrido de 21% aunque con tiempos de coagulación igual, en la peor vaca. En la
Universidad Nacional Autónoma de México establecemos contacto con el Dr.
Dagelis Alonso que está activo en la determinación de marcadores en el DNA de
animales domésticos a partir de muestras de sangre y nos dice que nuestra mejor
vaca posee la variante B de la K-Cn en doble dosis, es decir que heredó el mismo gen
KCnB de su padre y su madre y la peor vaca tiene la fórmula A.A. Definitivamente
la calidad de la leche de las vacas Criollas lecheras está sujeta a una dirección de
aplicabilidad de la genética sumamente competente en conservar, multiplicar y
seleccionar en favor de calidad de la leche, sin esperar ni la lactancia completa ni
que se prueben las hijas de un toro por los métodos tradicionales.

A la fecha hemos congelado semen de cuatro toros AB y descubierto en un
hato cooperador (Agustín Acosta) un toro BB y ese semen se distribuye en México.

El punto culminante de esta historia es encontrar en 1996 catálogos de toros
suizos (de Suiza), dicen que todos sus toros son sometidos a la determinación de
Kappa caseína y son BB, AB o AA en K Cn. Esto revoluciona nuestras ideas sobre
cruzamientos. El temor de perder cualidades en animales mestizos con otras razas
se desvanece si sabemos comprar semen. Este es oficio de genetistas y difícil que
lo dominen los ganaderos, pero intentamos explicárselos. De esta manera adquiere
bases muchos mas sólidas la idea de mantener siempre un hato criollo seleccionado
para calidad de leche y recurrir a un sistema de hibridación perpetua; así obtener
beneficios perdurables mas allá del F1 si cuando volvemos a toro bien seleccionado
pero no adaptado al trópico, sabemos escoger el semen por su productividad
lechera y además lo escogemos como portador de la doble dósis de la variante B
de la Kappa caseína. Con el Criollo y conservando vigor híbrido a perpetuidad, la
adaptabilidad al trópico y la longevidad se pueden explotar a largo plazo siempre
que en la recurrencia al semen europeo se cambie a otra raza diferente a las del
cruzamiento original.


Literatura citada
Abreu, O., S. Labbe y N. L. Perozo, 1977. El ganado Criollo venezolano puro y mestizado
en la producción de leche y carne. FONAIAP. Maracaibo, Venezuela. Boletín Técnico
No. 1.

Bovenhuis, H. 1992. The Relevance of milk protein Polymorphisms for dairy catle breeding,
Wageningen, Países Bajos. 139 pp.

De Alba, J. 1985. El Criollo lechero en Turrialba, Boletín Técnico No 15, CATIE.

De Alba, J. y B. W. Kennnedy, 1994. Genetic parameters of pubrebred and crossbred milking
Criollos in tropical México. Anim. Prod. 58:159 65.

Pinzón Martínez, E. 1984. Historia de la ganadería bovina colombiana. Banco Ganadero ,
vol. 4 No. 1. Bogotá, Colombia.

Woodward, J. D. R. 1982, The chemistry of mammalian caseins: A review. Dairy Science
Abstracts 38:137 - 150.

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